Sin embargo, también está claro aquí en la corriente de pensamiento en Génesis capítulo 2. En el versículo 18, Dios mismo decreta que la soledad del hombre no es buena y es él quien se propone completar uno de los diseños centrales de la creación, es decir, un hombre y una mujer en matrimonio. “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.” No pase por alto esa declaración central e indispensable: Dios mismo hará un ser perfectamente adecuado para el hombre: una esposa. Entonces,
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